lunes, 2 de agosto de 2010

SUSURRO

Torrente de júbilo, que recorre mi cuerpo desnudo por el viento, y que marchita  queda la mirada del reflejo de mi alma, cuando te veo llegar. Tan grande como el dolor que a veces siento, cuando la pena se sienta a mi verita, para ver pasar el tiempo.
Un río de esperanza se va alejando, cogiendo de la mano al remordimiento, de todo aquello que nunca use en el momento, y que todos aquellos se quedaron esperando.
La pena que se reía de mi alma, es la misma que me espera en la tardanza.
Y el camino que recorre en mi memoria, se riza al viento como humo de una noche turbia, que desea que la morada del  recuerdo. Escalera de colores que se vuelven blanco y negro, serpentea boca abajo sin un fin que quede cierto.
 Llanto sordo que resuena con la noche, vista atrás buscando el norte en el universo, glacial roto de llanto y humillado por las estrellas del horizonte, acarician el deseo de terminar con la sequía, en el desierto de mi corazón.
 Un edén sencillo y sincero, es lo que espero en mi camino hacia mi destino. La vida dicen que es bella, cuando la tomas de la mano y no te separas del camino de la suerte. En el momento que me separe de mi desdicha, seguro encontrare la flor que alimente el jardín de mi agonía.
   Espero sentado en mi silla del descanso, a que vengas a salvarme y llevarme a tu lado, no te tardes ven corriendo, y dame tu susurro, en la noche de mis sueños.
                                                                           

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