lunes, 2 de agosto de 2010

LAGO AZUL COBALTO

Espera que se nuble el sol, para poder mirarte junto al lago azul de tu tiempo. Cálculo de futuro incierto; resuelto por el cruce de miradas entre dos seres mágicos. Atardecer de caricias esperas, mientras la arena de una cálida playa roza tu sereno cuerpo.

Agotado queda el latido de mi corazón cuando estoy cerca de ti, acelerando el paso de mi deseo por tenerte conmigo. Pétalo de caricia rodando hacia tu mejilla, susurro de tu querer llamándote en la noche.

Callas por no dar el paso que te detiene hacia tu felicidad, pero ardes en deseos de sentir el beso que tanto llevas esperando. Yo te daré el infinito que necesitas, la estrella con que iluminar tu mente, el descanso y la paz que necesitas, el amor desconocido.


Viniste hacia mi un día casi por sorpresa, sacaste de mi interior, la atención necesaria y completa, ni te imaginas lo que despiertas en mi alma. Mi tiempo se paró el primer día que te conocí, me robaste el corazón para perderte en el deshielo de mi camino.


Si no puedes darme lo que ansío, devuélveme mi alma, para que siga mi camino en busca de lo que un día por momentos tu y yo tuvimos. Que el tiempo de tu felicidad nunca avance, que se pare en el momento que mas necesites.


Soñarás despierta cuando el atardecer caiga derrotado, imagina que te sigue el haz fugaz de un ángel alado y escurridizo. Aquello que brota desde los mas firmes pensamientos del amor total.


Silva el viento en una noche llena de estrellas, cae divina en sueño; esa luna que te envidia, y que echa de menos el poder estar contigo; buscando el reflejo vivo de tu ser en ese inmenso lago azul de cobalto del recuerdo.


¿Quién sabe?, el destino del aroma de la rosa de tu cuerpo, ese que abarca mi sentir y que hace de el un esclavo de tus deseos. Libérame de mi agonía por amarte y despídeme hasta el fin de los tiempos, para encontrarnos al final de los días, de aquellos días en que mi llanto roto en la fría noche, calme la tortura de tu arrepentida conciencia.


Serás siempre mi deseo por mucho que quieras evitarlo, adiós para siempre reina del lago azul cobalto.

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