Cuando una gota del rocío de la primera mañana de la primavera, cae sobre la flor mas perfecta de marzo, y la brisa fresca de la mañana en la montaña de mi alma, aparece temprano y suave, derramando la simpleza de lo fácil, y desgarrando el sentido de lo eterno, es entonces; cuando mi corazón atrapado por la mirada de aquella que deseo, se acelera hasta romper con el latido fugaz.
Un único gesto con la sonrisa de tu alma, es suficiente para albergar toda aquella felicidad, que me conmueve, y que me atesora en la distancia. Es tan fácil hacer feliz a este inerte cuerpo dolorido, en antaño, que la simpleza de tu mirada, hace que resbale por el carrusel de la felicidad deseada.
Entonces, y sólo entonces podré gritarle a los cuatro vientos y a la siempre traicionera soledad, que aquel que fue vendido por la traición, resuelve el enigma de la vida, y se convierte en irrompible de fe. En una burla a lo que no queremos ni deseamos ver ni padecer, sorteo por derecho propio a la incógnita desprevenida de la pena.
Y causo el efecto contrario, a lo que muchos pudieron llegar a pensar. Eso ya es historia, ahora me toca a mi decidir, y la elección ya esta tomada. Formare parte del reino de lo fácil y de lo feliz, y buscare el refugio prefecto para que lo conseguido y futuro, no me lo puedan arrebatar jamás.
Siempre el sentido figurado, es parte de lo pensado y decidido, jamás es lo lógico, pero si puede llegar a ser cierto, el camino hacia la eternidad con ella, ha empezado, y juro ante todos, que por ella lo daré todo, y conseguiré, que esa gota del rocío, caiga en mi ventana, y me refresque el corazón.
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