Larga y fértil era la enredadera que te precedía, soñadora y tenue la luz de tu sombra vana, tosca y dura la paciencia de aquellos momentos, pálida y simple la respuesta a mi pensamiento.
En el camino hacia tu reino, descubrí varios sentidos, varios momentos que nunca desaparecerán de mi mente, y que ya serán míos por el resto de mis días.
Que nunca nadie te separe de mis caricias mientras viva, que el concierto que me regalan tus labios al escucharte entre susurros, sea por siempre melodía de mi sueños.
Un fuego puede ser lo mas bonito y lo mas traidor al mismo tiempo, un amanecer puede tapar la ausencia de la noche por el resto de tus días. Una lluvia torrencial en tu corazón puede quemar ese fuego que te abrasaba desde hace tiempo.
Nunca olvides que el sendero que precede al amor infinito de tu ser, lo dibuje aquel día que te conocí, y que nunca olvidaré aunque me eleve entre las nubes para no volver a verte jamás.
Siempre estaré escondido entre la maleza de tu cuerpo, siempre vigilaré tus movimientos, para ayudarte en tu elegir, nunca deberás temer que nada malo te pase; por que siempre estaré allí para salvarte de tus males y de tus desdichas.
Andarás sobre seguro por el edén de tus infinitas ilusiones, y por tus interminables risas; que nunca terminaran de ser vagas en la meta de tu ser. Descubrirás ese amor imperecedero que ansías mas que nada en este mundo, y descubrirás que la vida tiene sentido por que el sentido parte de la vida misma.
Serás llamada como madre, y como madre serás agraciada, tendrás de tus seres sus caricias, y quereres que les pidas, cuando nombres vida mía, en secreto nuestro nombre, la magia infinita de la que posees será atendida.
No estaré a tu lado vida mía para sentirte en mis entrañas, pero seré igualmente recompensado sabiendo que he muerto por darte la felicidad que esperabas.
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