Mar de luces que se enfrenta a tu destino, risa viva la que encuentro en tu mirar
Calma sorda tropiezo en mi camino, dulces labios tuyos, los que ansío besar
El tiempo perdonó a la espera, y la espera traicionó al tiempo, el mismo tiempo que rompió a llorar cuando le dijeron que no llegaba a la cita con tu mirada; el mismo tiempo que tubo que dejar a un lado el tenerte; para salvar la causa mas terrible de soledad que le pudieran regalar, no poder verte.
Ese tiempo roto de deseo interminable, ese tiempo que llora desconsolado por las noches y que abraza el terrible viento que lo golpea una y otra vez, por no tener donde refugiarse, tras la desesperación de haber caído en el desamor.
El mismo tiempo que te ha amado sin descanso y sin aliento hasta que decidiste ser orilla de otra playa y perderte en un sin fin de cartas de navegación escritas, en letras de sosa tinta. Que soñaba día tras día el abrazarte por las noches y abandonar ese desierto que empieza en la mejilla de tu rostro y que acaba con la vuelta a un mundo de espinas de quereres sin caricias.
Ese tiempo que fabrica latitudes en tus sueños para devolverte al mundo real y ser testigo de cómo amanece una maravilla cada minuto que pasa mirándote, ese tiempo que no es tiempo si la arena no cae con la fuerza y el deseo de que no pase el tiempo, cuando andas cerca de el.
El mismo tiempo que llegó a visitar el corazón que te pertenece y que tubo que marchase por que allí no había hueco alguno para que se refugiara de su sombra, y que por destino incalculable se dio cuenta que la vuelta que el estaba dando; no tenia que ser en esa dirección.
Ese tiempo que tras de sí dejo entrever que su momento había pasado que no buscaba más que una verdad que le llegaría en forma de destino, y que se encontraría con la luna, para contarle lo que le pasaba.
El mismo tiempo que pasaba las horas muertas mirando al horizonte, aquel que un día fue su amigo, y que de repente le dio la espalda y lo empujó a su decadente presente. Dejando tras de sí vida de perdido tiempo.
Tras el reencuentro con su memoria, ese tiempo dejó de ver más allá de su triste figura, y acaparó un destino que no deseaba nadie, ser néctar de almas rotas por el fin de los tiempos, y cumplir así con su pago por haber perdido la memoria de otro tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario